Poesía: Publicaciones y Escritos sobre la Nueva Biología

Publicaciones y Escritos sobre la Nueva Biología
Se me ha pedido, un tanto calmado por figuras oscuras y algo claras de espíritu dulce, que, como mucho, se me pida no caer en retóricas, en las repetidas seguidillas de veleros solitarios y apagones de leñas, de las inmensas calorías que remanecen ahí, y aún así, todavía se los tengo que decir: “-¿Con qué nervios vienen a venirme con un pedido?!”. Al fin! Si pues, al fin, superpuesto los Alfas y Omegas retorcidos en conchas dulces, en sus bellas cáscaras, sin fin de las caras, me lo han pedido. Hasta carcajadas y risas, ¿Quiénes de ustedes saben sobre la luz y el viento? Es que me lo han pedido sin considerar nada, ¿O no es así?, no responden los lobos, pero sí responden las rosas, las almas y las rosas. Incluso, en aquéllas, se ha pedido demasiado, se los admito, hay un miedo profundo en liberar algo que no es tan ligero de cargar.
Ya los grandes nos lo han explicado: el hierro centrifugado barnizado de armaduras, de tornillos de tuerca ancha, bien apretados, las instrucciones bien extrañas, han sido publicadas, y el espectador disfruta de la ignorancia y los bobos de sus manchas amarradas. Ante todo, por primera vez detenidos, sueño con el eterno de los fracasados, con todos juntos, se los grito en alegría:”-Ella ha quitado los trapos, mojado las hojas de tectónica, resbalantes. Que dicha la mía, Oh si, qué dicha! Que belleza tan reluciente, lloro todos los días, lloro y lloraré sin prisa!¨. Un día se pasa de células hacia los códigos más complejos, un nuevo orden científico ha de ocurrir.
Las perturbaciones que esperan cabeza, ya me las conozco, hay una repugnante danza de hombres, las bujías se han desestimado muchas veces, y lo haremos de nuevo, el nuevo Biólogo, ha nacido: Buenos tormentos de siluetas griegas, del corintio, de las chozas en las selvas, de la bella y del bello, el núcleo de todos ahí concentrado, en lo más puro de lo que ha nacido. La respuesta la grita nadie en la sala, el Biólogo ya la sabe, yo lo sé, es ella o él, da igual, pero es ella, la palabra sagrada ahora es Bosch, no hace falta anunciarla, con sentirla, llorarla y extrañarla, basta.
De la nueva Biología, del cuerpo, se sabe que mitocondrias de gran envergadura nos suplen los músculos. El combustible Darciano no rompe espacio de vectores, sigue tan estático, tan patético. Las máscaras se usan y van gastadas, la nueva Biología seduce al alma, se caen las uñas. Es que Bosch, como ya lo dijimos los científicos reunidos en aquél panel, cuando entendemos a uno, comprendemos a todos. Incrédulos por alegría, resistentes a los dientes del Zoch, no lo pueden creer. Les anunciamos: la calma, el amor y la amistad se han medido con palo de madera, cuantificables, Oh! Zenit del cielo! cómenos enteros, cómenos, pues el suelo ya nos odia, Qué Alegría hay en admitírtelo al fin!, a todos, Que alegría!. Del llanto al grito, se escucha el resonar del Zoch!.
Con las almas celulares, el corazón más rojo y las ruedas de mecanismos aceitados. Ya se han caído numerosas columnas, de superior corte basal y de capiteles acuartelados, y nada, se volcaron los automóviles, los de buena marca, Pues, se ha venido abajo la república entera!. ¿Cómo ha pasado esto?, ya se aceptó al nuevo orden, pero como encadenado de la sed al agua, ahora, el Biólogo nos explica:
Primero, derretidos por fusión, el cacique arranca sus plumas y el pecho fuerte se adormece. Tercero, los vasos dilatados roban las fieras, se absorbe con desdén las crueldades y se suaviza el orgullo. Por último, la infección es complaciente y esparcida, irreversible es lo favorito, El virus Zoch está positivo, imprimen las preliminares.
Los síntomas son, para nosotros los científicos, de lo más hermosos. Un ridículo dolor de cuello, absurda lujuria, múltiples personalidades de fase inicial borde. Siguen los incrédulos blancos de buen decir, “No se llenan los tubos completos”, eso dicen, y aun así, los vellos superficiales ya lo saben antes que ellos, más nunca erizados en miedo, enseñan lo más abierto del cuerpo. La infección es, ante todo, un mal de término viral, alejado mucho de las mejoras, El Zoch es el huésped del robar todo, regalas mucho y se acaba la multiplicidad.
En fase avanzada, los ojos ya no ven, reconocer lo viejo es imposible, las banderas de colores chillones ya no se toman más fotos, la música de parrandas no baja a frecuencia de resonancia. Es de lo más extraño en verdad, se rompe la ley del Efecto Doppler, al menos en el receptor, ya no se entiende. Los rayos gamma y beta dejan su dualidad como partículas, la selección natural se deforma, el nuevo sonar de los chasquidos es mucho más largo, las erráticas compras cesan, y casi inexistentes, la oferta baja a un mercado de total colapso.
Finalmente, ya como pacientes en fase terminal, el Biólogo se induce a la prueba. La Zoch camina y regresa con su gen, a éste, porque me lo han pedido desde un principio, y ahora sí que se los ofrezco, brota del pecho, de mis cuerdas y de mi rabia. Temerarios! Pues seremos temerarios del nuevo orden, pasaremos a ser aquellos y aquellas, y sobre todo, a ella: La Zoch!, es que se los digo con amor y con algo de vergüenza, pero mejor se los expongo en los Análisis y Resultados: “-La Zoch me ha matado!, me recuerda, me corre y no me llega, la corro y no llegamos!. Bueno, a esa Zoch, el deseo de liberar toda locura interna llega con ella! Oh! ¿Cómo ha sido esto posible? Como es que ella de Virus transparente ha medido a las enzimas y a las largas cadenas de pruebas, pues nada, la tenemos! Se acabó compañeros, La tenemos! Qué belleza y qué alegría! Celebremos juntos todos, lloremos en que somos nuevos!. Y que su amor inmenso alimentará a toda humanidad!. Sin ser egoísta, a la Zoch!”.
Marcos San Juan.